Yes And: decir que sí aun cuando decimos que no

By: Sara De Lille

 

Puede causar confusión cuando estás empezando a improvisar, el famoso “Sí y…” Esto es solo una forma de decir que siempre debes aceptar las propuestas de tu compañero en escena. Pero, ¿qué significa realmente aceptar una propuesta y además, sumar?

 

Es lo más básico entonces puede ser que no nos detengamos mucho a pensar qué significa, pero decir que sí y además sumar a lo que hace tu compañero significa que todo lo que haces en escena se correlaciona con esa otra persona.

 

Cuando hacemos una acción, cuando tenemos una reacción emocional o cuando estamos simplemente entrando en una situación, siempre está el otro ahí, compartiendo el escenario con nosotros.  Decir “sí y” no es solamente dejar de negar o no bloquear, también es, siempre compartir con el otro y para el otro. “Sí” es compartir esa propuesta que te han hecho, “y” es compartirte tú con el otro. Ya me puse medio metafísica pero es que si lo concebimos así todo comienza a tener más sentido. 

 

Decir “sí y” no solo debe agregar información (aunque así será en nuestras primeras escenas). Decir “sí y” debe ser justo el aceptar y construir siempre con el objetivo de relacionarnos con el otro y es que como leeremos en algunos posts de este mismo blog, las relaciones harán que todo avance y todo tenga sentido.

 

Cuando estamos en nuestras primeras clases, las primeras cuatro o cinco clases se nos dirá que verbalicemos el “sí y” pero poco después deberemos dejarlo atrás, porque el “sí y” no es algo literal, el “sí y” es esa relación que tendremos siempre con el otro y esa construcción de realidad en el momento. 

 

Alguna vez estamos en la situación en la que el compañero nos dice “No me cuentes más” “deja de mirarme así” o cualquier tipo de enunciado en el cual se nos pide (a nuestro personaje) que paremos lo que estamos haciendo. Esto no significa que digamos “sí y, lo dejaré de hacer”. Hay que saber diferenciar: el “sí y” es para el IMPROVISADOR, no para el PERSONAJE. 

 

Si en una escena un compañero te dice “ya no me digas eso” lo que buscamos es justo empujar ese comportamiento y continuar. Por ejemplo, una escena donde un jefe empieza a actuar de manera muy infantil, casi como un bebé y el empleado le dice “Por favor jefe, deje de actuar así” el improvisador está pidiendo que siga, que lo crezca, que sea lo más infantil y bebé que pueda para que la escena siga existiendo. 

 

Entonces, más que decir “Sí y” literalmente, es una filosofía para poder construir con el otro, como dos improvisadores creando para el otro. No para la audiencia, no para lucirse con chistes, sino para estar aceptando y creciendo la escena con el otro. El bloquear solo estanca la escena y muchas veces lo que tendemos a bloquear con las acciones. Al menos cuando estamos empezando solemos decir “no” a cosas que nos retan: acciones elaboradas, ideas ilógicas, cosas que nos incomodan. Decir “sí y” nos ayudará a empujarnos a hacer eso que nos incomoda y descubrir que podemos hacerlo. Una vez que te acostumbras a aceptar las propuestas del compañero y a crear con / para él, te darás cuenta que bloquear simplemente mata la escena y la relación.