Improv y la magia de dejar atrás el juicio

Una de las cosas que me encanta de enseñar improv es el ver cómo la gente deja atrás las reglas del día a día y fluyen en grupo. Una de las cosas que se va dejando atrás es el juicio a uno mismo.

Entrar a una clase de improv por primera vez puede ser retador, más si hay ansiedad o timidez. Muchas personas realmente luchan a la hora de hacer un ejercicio o tener la atención de otros. Pero pronto se percatan, de que todos estamos en esto juntos. 

En una clase todos decimos lo primero que pensamos, no sirve si sobre analizamos los ejercicios que nos exigen estar presentes en el momento. Cuando estamos en clase dejamos algunas reglas de la sociedad atrás, como el “no te puedes equivocar” “piensa antes de hablar” “no hagas el ridículo”.

Aquí venimos a jugar, con menos juicio y más soltura. El error es parte de lo que hacemos porque estamos aprendiendo a crear con el otro sin nada planeado. El error realmente no existe, aunque suena muy profundo es real. Porque un error es parte de. Trabajamos con él, no hay forma de borrarlo o de ignorarlo.

Podemos equivocarnos y no hay tiempo de sobre-pensar. Cuando no estamos cuidando hacer todo “bien”, cuando aunque esté la voz del juicio continuamos y accionamos, en esos momentos es cuando somos libres.

no dejes que tu juicio te detenga

 

Libres de esa vocecita que nos dice “esa idea no es buena, mejor otra cosa”. En improvisación no hay tiempo para escucharla.

En clase nos damos cuenta de que esa vocecita nos acompaña pero nos arruina la experiencia. Y aunque estemos muy habituados a rumiar después de lo que hicimos, poco a poco se va haciendo más bajita esa voz. Clase con clase el grupo se vincula más, hay más confianza entre todos y se vive una ambiente relajado y divertido donde todo es posible.

¿Lo más bonito? El ridículo se hace en conjunto, el juego es compartido por todos los asistentes y entonces, no cae sobre uno solo. Todo es compartido y aunque la vocecita nos intente enjuiciar, es el trabajo de un equipo. Así la carga es menos, así la diversión es mayor.

clases de improvisacion

 

Y esa es parte de la magia del improv (además de shows sin guión (lo cual ya es magia pura), estar en el presente más que nunca y confiar en otros), ir callando poco a poco esa vocecita, ese juicio que pocas veces nos deja disfrutar la vida sin más.